martes, 12 de diciembre de 2017

Leído: Sentimentalismo tóxico. Cómo el culto a la emoción pública está corroyendo nuestra sociedad de Theodore Dalrymple. Madrid: Alianza, 2016. 202 p.

Sentimentalismo tóxico. Cómo el culto a la emoción pública está corroyendo nuestra sociedad - Theodore Dalrymple. Madrid: Alianza, 2016. 202 p.

Un ensayo curioso sobre cómo el sentimentalismo público está acabando con la sociedad, según Dalrymple, hemos de acabar con esta lacra social que debilita la sociedad y hace que estemos pendientes de los sentimientos, cuando tendríamos que estar a favor de la lógica. Y todo explicado detalladamente y argumentando los motivos por los que el sentimentalismo tendría que estar prohibido en público.
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-Un sentimental es alguien que simplemente desea disfrutar del lujo de una emoción sin tener que pagar por ello.  Oscar Wilde
-El sentimentalismo no es dañino mientras permanezca en la esfera de lo personal.
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Theodore Dalrymple, uno de los comentaristas más incisivos y menos políticamente correctos de nuestros días, desenmascara el sentimentalismo oculto que asfixia la vida pública. Bajo la guisa de esfuerzos encomiables como la correcta educación de los niños, la atención a los desfavorecidos, la ayuda a los menos capacitados y el bien en general, estamos consiguiendo todo lo contrario: el sentimentalismo destruye el sentido de responsabilidad, debilita las relaciones humanas y en realidad está muy cerca de la agresión y la violencia. Al hilo de su perspicaz y en ocasiones incómodo comentario de temas sociales, políticos, populares y literarios muy diversos, Dalrymple nos muestra las consecuencias perversas que tiene abandonar la lógica en favor del culto a los sentimientos.

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